CON NOCTURNIDAD Y ALEVOSÍA
Hoy está lloviendo polvo del desierto del Sahara, los meteórologos le llaman lluvia de sangre o lágrimas de sangre por su color rojizo. Pues eso mismo hemos derramado nosotros intentando hacer esta tarea.
Aquí va nuestro decálogo con toda la humildad y con todo el esfuerzo que ha supuesto para nosotrxs dos:
Asumir retos conlleva aceptar éxitos y errores. Aprender de lo que no funciona es también un excelente modo de adaptarse a los constantes cambios del mundo.
Vamos a empezar con una introducción, fruto de nuestra investigación en las distintas webs que hemos consultado, de lo que creemos que debería tener la dirección pública antes de pasar al decálogo, que realmente son once:
Visión y capacidad proactiva. Adelantarse a los acontecimientos es un plus que todo directivo debe aportar a su empresa. Máxime en un entorno global, abierto y acelerado como el actual. En este sentido, un buen líder debe ser capaz de entender las próximas necesidades de los empleados y usuarios, y debe aportar ideas sostenibles que hagan aumentar el buen clima laboral.
Empatía y confianza. Crear equipos unidos y comprometidos con los valores y objetivos de un Centro de trabajo requiere de un aporte de confianza desde la dirección. Una confianza en doble sentido, tanto a nivel interno -con los colaboradores- como a nivel externo que esté basada en el respeto mutuo y en la disciplina laboral se traducirá en mayores oportunidades. Asimismo, empatizar con el equipo es una cualidad innata del buen líder: ver la realidad a través de sus ojos, tanto de los empleados que nos apoyan como de las voces discordantes. Dejar a los equipos opinar, influir en la toma de decisiones y conocer sus experiencias es vital para la innovación y la buena gestión empresarial. Fomenta la retroalimentación.
No al individualismo. Sí al compañerismo. Hay que saber transformar las debilidades de cada colaborador en una fortaleza para el equipo. Para ello es necesario detectar el talento, conocer la personalidad de cada uno dentro del equipo y medir su impacto en el conjunto.
No al individualismo. Sí al compañerismo. Hay que saber transformar las debilidades de cada colaborador en una fortaleza para el equipo. Para ello es necesario detectar el talento, conocer la personalidad de cada uno dentro del equipo y medir su impacto en el conjunto.
Inteligencia emocional.- Conocerse a uno mismo es el primer condicionante para poder controlar nuestras emociones y canalizar el estrés del día a día. Solo de este modo el líder podrá transmitir una actitud positiva y motivadora a sus equipos.
Ver, escuchar y comunicar.- Comunicación bidireccional y eficaz. Saber escuchar a cada colaborador y mantener informado a los equipos de la evolución del centro es clave para que se sientan partícipes de la misma.
Gestión de crisis y resolución de problemas.- El buen líder siempre va un paso por delante. De ahí su facilidad para poder solucionar problemas cotidianos antes de que sea tarde -por ejemplo, entre los colaboradores- y para tomar decisiones estratégicas ante una crisis.
Flexibilidad y adaptabilidad.- El ritmo actual hace necesario que todo líder sepa adaptarse a las circunstancias cambiantes. Un pensamiento crítico y estratégico es el aliado perfecto para estos casos.
Alimentar la red de contactos.- De ello dependerá, en gran medida, que se detecten oportunidades a tiempo. Fomentar las relaciones interpersonales en el trabajo es una tarea que se hace a largo plazo, con persistencia, perseverancia y paciencia.
Después de esta introducción teórica, vayamos a nuestro DECÁLOGO, de once puntos:
- Compromiso con los objetivos y resultados:
Debemos conseguir empleados comprometidos, no por bondad sino por cuestión de supervivencia de nuestro Centro, así podremos lograr disminuir el absentismo y la desidia del personal.
2.- Desarrollo y transmisión de la visión estratégica:
Nuestra visión es el bienestar de los menores internados y su incorporación futura a la sociedad de forma útil, cívica y su participación activa en ella.
3.- Planificación y gestión:
Debemos buscar una buena planificación y gestión, es decir, hacer un buen plan de acción, claro y conciso, y sobre todo llevarlo a buen término bajo nuestra dirección.
4.- Innovación y creatividad:
Debemos promover que el equipo participe con pequeñas innovaciones y una buena dosis de creatividad para mantener en nuestra población interna una buena autoestima y su felicidad; y que el equipo desarrolle su talento y se sientan valorados y útiles.
5.- Pensamiento global:
Lograremos entender un problema pero en un contexto más amplio y global, conociendo sus conexiones globales, aprendiendo de cada experiencia y ampliando nuestro mundo.
6.- Influencia:
Debemos conseguir mantener una red de relaciones o contactos tanto con nuestro equipo como con el exterior para poder conseguir nuestros objetivo.
7.- Construcción y desarrollo de relaciones:
Debemos ser empáticos, humildes, humanos, honestos pero también asertivos, decir NO con autoridad pero con respeto cuando la situación lo requiera. Así conseguiremos: Atraer, retener y reforzar las relaciones con nuestro equipo, ser valorados y conseguir el respeto mutuo.
8.- Liderazgo y motivación:
El líder a parte de ser el referente de la organización, debe tener la oportunidad de servir, dando ejemplo con nuestra actuación. Debemos motivar a nuestro equipo, con palabras de ánimo, delegando tareas a aquellos que estén capacitados para realizarlas, adquiriendo así experiencia.
Si el equipo está motivado el rendimiento será mayor y ofrecerán lo mejor de sí.
Debemos fomentar el compañerismo, la colaboración y la generosidad.
9.- Desarrollo profesional:
Debemos fomentar el desarrollo profesional de aquellos que tienen las actitudes y capacidades adecuadas para favorecer su promoción, haciéndoles partícipes de la gestión, delegándoles tareas y fomentando el ascenso.
10.- Capacidad para inspirar:
Tendremos la capacidad de inspirar a los demás, incluso a nosotros mismos. Es una de las cualidades del líder, sacando lo mejor de cada uno, potenciando sus cualidades innatas y aplicarlas al trabajo.
Demostraremos que nos importan sus opiniones, seremos discretos a corregir al equipo y sabremos escuchar. Tendremos una actitud proactiva y positiva.
11.- Gestión del cambio:
Debemos ser flexibles y adaptarnos a los cambios de la sociedad y de las nuevas tecnologías para estar en la vanguardia. Nos anticiparemos a los cambios sin temor a equivocarnos porque de los errores se aprenden y hay que afrontarlos con valentía
Somos Angeles y José Andrés, y he aquí nuestra aportación, realizada a través de contactos por whatsapp, e-mail y en algunos ratos de sosiego en las largas noches de trabajo. En una entrada anterior hicimos una presentación de ambos y un pequeño adelanto de lo que pretendíamos y he aquí el trabajo ya finalizado.
Nuestro Genial.ly es el siguiente:
https://www.genial.ly/58af4ff348d73a188c207493/competencias-directivas
Nuestro Genial.ly es el siguiente:
https://www.genial.ly/58af4ff348d73a188c207493/competencias-directivas
Magnífico trabajo y propuestas para conseguir la mejor DIRECCIÓN!!
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